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Las falsificaciones de producto y el fraude documental son una realidad que cada vez tiene un mayor impacto en distintos sectores industriales, ocasionando grandes pérdidas económicas, graves consecuencias para la integridad de las marcas y compañías, llegando a poner en riesgo a usuarios y consumidores cuando estamos hablando de falsificaciones en el ámbito de productos farmacéuticos, cosméticos o alimenticios.
Las pérdidas ocasionadas a los gobiernos, negocios y consumidores de todo el mundo a causa de la falsificación, manipulación y el robo están cifradas en centenares de billones de euros al año de acuerdo con la WCO (World Customs Organization). Contabilizando un 8-9% estimado del comercio mundial, estas pérdidas están aumentando alrededor de un 15% anual, mucho más rápido que la incorporación de las tecnologías y soluciones de seguridad del mercado.